Lo bueno, si breve, dos veces bueno
Hace unos días me reencontré con uno de esos blogs de gurú en el que el autor sostenía que el lector de internet no leía, escaneaba.
Bajo un listado impresionante de títulos defendía exactamente lo que se lleva defendiendo desde la aparición del PowerPoint: que la brevedad era fundamental en lo uno escribe en internet.
Tuve la misma sensación que la que transmitía un buen amigo tras ser rechazado en su solicitud de empleo en una gran cadena de librerías: que no era lo suficientemente tonto.
Debo aclarar que este amigo ahora es Doctor en Físicas, habla tres idiomas, y dispone de una vida profesional y social buena. Pero se le rechazó porque él, aficionado a la mitología y a la historia, no tenía el nivel necesario en best-sellers. Nivel que habría alcanzado en menos de cuarenta y ocho horas.
Hace tiempo que algunas personas llevan advirtiendo de que, en ocasiones, el condensar las ideas no es bueno. O no lo es todo el rato y en todo momento. Volviendo al ejemplo del PowerPoint, este es una herramienta que permite presentar de forma fácil las líneas básicas de información condensada.
Así, un directivo puede conocer lo básico de un plan complejo en poco tiempo, y un comercial realizar una venta. Se espera tanto del directivo como del comercial como de sus clientes que consideren que la información presentada en el PowerPoint es sólo un resumen, como lo son las portadas y contraportadas de los libros, y que el contenido, la enjundia, es lo que les permitirá tomar decisiones.
Lo breve, ¿es bueno por breve?
Por prisa que tengan, por intoxicación de información que padezcan, el PowerPoint no es sino un resumen, quizá sesgado por quien lo resume. La decisión debe tomarse usando la información NECESARIA para ello, no cualquier información.
En las webs, y no digamos en las RRSS, lleva tiempo pasando lo mismo.
WordPress, el megaproveedor de webs recomienda una y otra vez que acortes tus frases. Que las adaptes al inglés renunciando a las pasivas y llenándolas de palabras introductorias de dudosa utilidad. Google, parece ser, hace lo mismo, penalizando de forma indirecta la densidad de palabras y premiando los parrafillos.
Se parte de la premisa cierta de que el cliente está saturado de información y de que sólo haciéndola más corta se llegará a él.
¿Es esto cierto? Digamos es cierto, más o menos. Parece que Google ha comenzado a premiar que el lector se quede en la página, y de que eso implique que estás contando algo interesante. Esto matiza el dar pinceladas de datos rápidos que parece ser la moda.
Por otro lado ¿No estaremos fomentando la ignorancia del cliente sometiéndolo a una “educación en la simplificación” que lo deje vulnerable a nuestros “encantos”? Y a los de la competencia, claro.
A la larga ¿será bueno para el entorno de negocio el fomentar una toma de decisiones menos informada cada año? Sinceramente, tengo mis dudas. Creo que eso choca de frente con la necesidad de recibir productos de calidad. Si te van a comprar el producto sencillamente por tus frases breves en internet ¿qué diferencia tu producto de el del vecino? ¿Da lo mismo comprar una llave inglesa en una buena ferretería que en el cutre-bazar de la esquina?
Si usas WordPress: trabaja lo bueno, y luego hazlo breve
Si esto cunde en el resto de servicios, en los periódicos, en los médicos, en los técnicos bien podemos estar alimentando un descenso de calidad en nuestro entorno que nos perjudique.
El autor del principio consideraba que el lector de internet escaneaba. Armado con su título de periodismo, su MBA, y su formación en wordpress, sembraba las semillas de su propia competencia. ¿Para qué contratarle a él, si por la mitad de precio me lo hace mi sobrino, que ha desmontado todas sus horas de estudio con una frase más breve y una idea más simple? (“Soy tu sobri”). ¿No estará alimentando indebidamente la idea de que este entorno es fácil?
Como resulta que tenemos que comer, pasamos muchas veces por el aro. Escribimos breve, escribimos peor, no lo contamos todo… Nuestro análisis del mundo es peor, y el de nuestro cliente, lo mismo.
Ahora que este artículo ha superado las 660 palabras, el amigo WordPress me dirá, al ir a publicar “¿Seguro que todo va de lo mismo?”.
Pues sí, seguro.
Como seguro que hay un momento para dar tu tarjeta y presentarte en diez segundos, y otros momentos para una charla ante un café para explicar bien lo que haces. Se lleva lo primero, pero yo no renunciaría a lo segundo.
También se llevan el PowerPoint y la brevedad WordPress, pero yo para comprarme un coche, leo algo más que el folleto. Quizá son manías.
Se lleva la frase breve en la web, pero mejor si en ella hay espacio para explicar de verdad lo que haces.
¿El lector de internet no lee, escanea? Bueno, si uno sólo ha leído por encima lo que es el complejo acto de leer, puede. Pero eso es sólo medio leer, y poco explicar.